Porque se ama mejor cuando se conoce más

QUIÉNES SOMOS

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La Alianza Formativa es un ministerio de predicación y formación fundado y dirigido por el Dr.Fernando Casanova, quien es laico y profesor de teología en el Centro de Estudios de los Dominicos del Caribe, de la Universidad Central de Bayamón.

La Alianza Formativa opera sólo para la feligresía de la Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico.

Somos un apostolado de evangelización que quiere colaborar con la extensión del reino de Dios a través de la difusión de la doctrina cristiana.

Estamos dedicamos a la propagación del mensaje redentor de Jesucristo a través de una formación que induzca al compromiso decidido y valiente de los fieles en sus parroquias y en su entorno social y laboral, para la revitalización de sus comunidades de fe y la consecución de la Nueva Evangelización (Cf. Redenptoris missio, 7-III-1990).

Y es en esta dirección que proclamamos la conversión personal, la formación doctrinal permanente, la promoción y defensa de la fe, y la espiritualidad personal consecuente con la iglesia, la familia, el trabajo y la sociedad.

Esta organización está supeditada a la doctrina de la Iglesia Católica Romana y a la autoridad eclesiástica pertinente. Nunca, bajo ninguna circunstancia, se tolera un ambiente anticlerical, ni el despotricar en contra de la Iglesia, sus instancias o ministros.

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Actividades sólo a nivel parroquial y arquidiocesano.

Los servicios de La Alianza Formativa son gratuitos y se limitan a la Arquidiócesis de

San Juan de Puerto Rico

¿Por qué se llama Alianza?

El nombre responde a que se procura una relación de enlace o identificación pastoral con las parroquias y sus ministros ordenaos, en términos de un interés común por la formación doctrinal y espiritual de los fieles. Se trata de una alianza de propósito e interés común por una proclamación y educación religiosa que inspire, invite y reclame la realización de la vida de Cristo en nosotros, y todo lo que esto conlleva.

La relación de la Alianza con las instancias a las que sirve es una conexión de afinidad pastoral, y nada más. De manera que no se establece una asociación en términos de compromiso profesional o de membresía. Todos mantienen su independencia vocacional y de carismas, y las parroquias en nada se obligan a llevar a cabo un régimen formativo definitivo e inacabable al estilo de La Alianza. O si se quiere poner en términos más precisos: esta relación de afinidad pastoral es libre. Sólo se atienen a los compromisos contraídos para la realización de las actividades pautadas.

¿Por qué formativa?

Apellidamos nuestro apostolado con la palabra “formativa” porque enarbolamos la doctrina católica como un principio, un medio y una meta de provisión espiritual y moral conveniente, irrenunciable, ineludible, necesaria y feliz. Es “formativa”, porque formación cristiana se refiere al proceso de familiarizar e identificar a las personas con la doctrina salvadora de Jesucristo, hasta llegar a forjar en los formadores y formados la misma imagen del Señor, para mayor gloria de Dios, edificación y bendición de la Iglesia, y para nuestra propia realización y felicidad. Téngase bien presente, además, que por ser “formativa”, la misión de La Alianza se encarga de matizar sobremanera nuestra afiliación religiosa católico-romana, para un mayor grado de honestidad y concienciación de nuestra identidad cristiana. El establecimiento de este objetivo formativo es como un mapa que nos fija los contornos, las posibilidades y los límites de nuestra oferta evangelizadora.

¿Y con qué propósito?

El propósito de la Alianza Formativa es la propagación y la formación de la fe y espiritualidad católica, la fidelidad a Jesucristo y a su Iglesia, y el desarrollo de una fraternidad pastoral informal con los obispos, presbíteros, diáconos y con el liderato seglar reconocido por la autoridad eclesiástica ordinaria. Entonces, nuestros colaboradores son fieles comprometidos con la Iglesia Católica, en insistente búsqueda, cultivo y promoción del Evangelio completo; que dedican tiempo a la predicación de la Verdad (Evangelii nuntiandi, 78). Proclamamos la conversión constante, la formación doctrinal permanente, la promoción y defensa de la fe, la espiritualidad personal consecuente con la iglesia, la familia, el trabajo y, además, son proponentes asiduos de la Corresponsabilidad.

QUÉ HACEMOS

Colaboramos con las parroquias de la Arquidiócesis en asuntos relacionados con la formación doctrinal y espiritual. Para ello hacemos presentaciones de formación y concienciación, como predicaciones, testimonios, cursos y talleres, entre otras posibilidades.

Los movimientos de apostolado laical son atendidos sólo a nivel arquidiócesano.

Nuestro trabajo en las comunidades se realiza sólo a nivel parroquial, y únicamente si contamos con el respaldo decidido y constante del sacerdote a cargo. A propósito requerimos que la comunidad parroquial sea convocada toda a participar de estas sesiones formativas.

POR QUÉ LO HACEMOS

Estamos en esto porque hay un sentir generalizado de que no se debe ser muy enfático en asuntos de religión. Sabemos que hay muchos que justifican la falta de doctrina y de apego a las pautas morales de la Iglesia, arguyendo que basta el amor a Dios y al prójimo para salvarse. A lo que replicamos con las palabras del afamado teólogo irlandés Frank J. Sheed: “¿Cómo es posible amar a Dios y no desear saber todo lo que se pueda sobre Él? El amor lleva al conocimiento, y el conocimiento sirve al amor. Así, cada verdad que aprendemos de Dios es una nueva razón para amarle”.

¿Y cómo es posible amar a Dios y a la misma vez decir que la manera de amarlo es inconsecuente? Si amamos a Dios de verdad, querremos hacer exactamente su voluntad y estar en el sitio que Él haya determinado, sirviéndolo de la forma que Él haya prescrito.

¿Y cómo es posible decir que se ama al prójimo si no nos comprometernos ni activarnos en la Iglesia que tiene los medios para la plena realización humana de nuestros semejantes? ¿Cómo es posible decir que amamos a Dios y al prójimo, mientras nos desatendemos de nuestra responsabilidad de sostener con nuestro tiempo, talento y dinero, a la Iglesia que “nuestro Amado” instituyó para la salvación de ese prójimo a quien decimos querer tanto?

¿Y cómo se puede amar al prójimo como lo dispuso Cristo, mientras nos desatendemos de cristianizar nuestra labor profesional para convertirla en otro medio de santificación al servicio de los hombres? (No podemos negar que el trabajo es para la mayoría un penoso medio de subsistencia personal que sólo se optimiza para el lucro particular o de la propia familia, y nada más.)

Porque para el que ama, mucho no es suficiente; el que ama lo quiere todo. Tal vez deberíamos repasar el amor al estilo de la Biblia y de los mártires en el Circo Romano y en las catacumbas, y abandonar esa presentación del amor romántico, barato y superficial al estilo de nuestra sociedad hedonista.

Por otro lado, nos hemos creído que demasiada gente es católica sólo porque asisten a misa, porque “están al día” en sus sacramentos o porque se portan bien. Incluso nos hemos conformado con cristianos sin apostolado, como si fuese posible que una antorcha no queme o ilumine lo que está a su lado. Estamos mal. Ser un cristiano completo conlleva muchísimo más que la formalidad o la apariencia de bondad y de pasividad inofensiva de una supuesta mayoría cristiana.

La Alianza Formativa quiere contribuir a la depreciación y el descrédito del conformismo, del relativismo, de la indiferencia religiosa, de la superficialidad espiritual, y de la falta de compromiso.

CÓMO LO HACEMOS

  1. Predicaciones
  2. Testimonios
  3. Conferencias
  4. Cursos
  5. Talleres
  6. Dinámicas
  7. Materiales didácticos de evangelización y formación
  8. Participación en los medios de comunicación social
  9. Participación en congresos

Nuestro estilo

Apelamos con preferencia a las Escrituras, pues es un hecho verificable que la Biblia goza de mucho respeto e interés por el pueblo de Dios. Pero también recurrimos a la historia y al sentido común para asegurarnos de dar un tratamiento justo a los temas, y para que quede clara la conexión entre los textos bíblicos y nosotros la iglesia. El clímax de nuestras intervenciones consiste en un enérgico llamado a la conciencia, al compromiso y la acción.

Recursos didácticos

La utilización de recursos para ilustrar, como pancartas, pizarras y Power Point, dependen del tema, la ocasión y el tipo de plática.

En adición, si los organizadores lo solicitan, La Alianza llevaría materiales para distribución y venta, como grabaciones del testimonio y platicas de Fernando (entre otros), y libros y auxiliares para el estudio y la formación ulterior.

Además estamos preparando una exhibición de materiales para motivar a los fieles, como un Misal prevaticano, copias legendarias de la Biblia, colección impresa de manuscritos bíblicos, y una encíclica de Benedicto XV publicada en 1919, entre otras cosas.